Pedal Spain recomienda cinco recorridos únicos por rincones llenos de encanto.
En el corazón de la península ibérica, lejos del bullicio de las grandes ciudades, se extiende un vasto territorio salpicado de pequeños pueblos que, con el paso del tiempo, han visto disminuir su población y actividad. Es lo que se ha venido a llamar la “España vaciada”. Un lugar que, pese a la despoblación, sigue muy vivo y ofrece grandes oportunidades.
En ese contexto, el cicloturismo emerge como una herramienta poderosa para revitalizar estas localidades, ofreciendo a los viajeros experiencias auténticas y contribuyendo al desarrollo económico local. No solo promueve un estilo de vida saludable y sostenible, sino que también actúa como catalizador económico en áreas rurales. Según un estudio del Parlamento Europeo, en España, el impacto económico del cicloturismo se estima en 1.620 millones de euros anuales, destacando su valor como motor económico, especialmente en áreas rurales y menos desarrolladas
Este tipo de turismo permite a los visitantes descubrir paisajes naturales, patrimonio histórico y tradiciones locales, al tiempo que genera ingresos para pequeños negocios, como alojamientos rurales, restaurantes y talleres de bicicletas.
España cuenta con una extensa red de rutas cicloturistas que atraviesan regiones menos transitadas, brindando la oportunidad de explorar la «España vaciada». Desde Pedal Spain recomendamos cinco de ellas, perfectas para todo tipo de cicloturistas:
1. El Alto Tajo (Guadalajara y Cuenca)
Región: Castilla-La Mancha
Tipo de recorrido: Circular o lineal, adaptable (60-100 km según variantes)
Por qué hacerla: El Parque Natural del Alto Tajo atraviesa uno de los territorios más despoblados de Europa: la Serranía Celtibérica. A lo largo del recorrido se encuentran cañones fluviales, pinares infinitos y pueblos como Checa, Peralejos de las Truchas o Molina de Aragón, donde la vida rural se resiste a desaparecer.
Valor añadido: Turismo de naturaleza, observación de aves, arquitectura tradicional de piedra rojiza.
En esta misma zona, la Sierra de Albarracín es otro acierto seguro. Ambas se encuentran dentro de la propuesta de Montañas Vacías, un ejemplo de buenas prácticas en materia de cicloturismo.
2. Tierra de Campos (Palencia, Valladolid, Zamora, León)
Región: Castilla y León
Tipo de recorrido: Llano, ideal para gravel o carretera (tramos de hasta 120 km)
Por qué hacerla: Esta comarca cerealista alberga pueblos que han perdido gran parte de su población, pero que conservan una identidad cultural fuerte. Los ciclistas pueden recorrer villas como Villalón de Campos, Medina de Rioseco o Sahagún, disfrutando de las iglesias mudéjares, campos infinitos y gastronomía sencilla y contundente.
Valor añadido: Es una ruta histórica vinculada al Camino de Santiago y a la trashumancia. Además, es una zona ideal para la observación de aves en el invierno.
3. La Alpujarra Granadina y Almeriense
Región: Andalucía (Granada y Almería)
Tipo de recorrido: Media y alta montaña, exigente pero espectacular (50-150 km según tramos)
Por qué destacarla: Esta franja a los pies de Sierra Nevada combina paisajes de bancales moriscos, pueblos encalados como Pampaneira, Bubión, Laroles o Mairena, y un pasado agrícola que hoy busca nuevas formas de vida.
Valor añadido: Interacción con iniciativas agroecológicas y de turismo rural regenerativo.
4. La Sierra de la Demanda (La Rioja y Burgos)
Región: Castilla y León / La Rioja
Tipo de recorrido: Mixto, con opción de MTB y Vía Verde (hasta 100 km)
Por qué hacerla: En la antigua comarca minera y forestal de la Demanda, la Vía Verde del mismo nombre reaprovecha un antiguo trazado ferroviario. Atravesando bosques, prados y pueblos como Ezcaray o Pineda de la Sierra. U viaje en el tiempo y una forma sostenible de apoyar el comercio local.
Valor añadido: Turismo de montaña suave, preciosos bosques, gastronomía riojana y rincones históricos bien conservados.
5. La Sierra de Albarracín (Teruel)
Región: Aragón (provincia de Teruel)
Tipo de recorrido: Circular o lineal, ideal para MTB o gravel (60–100 km, según variante)
Por qué hacerla: En el corazón de una de las provincias más despobladas de España, esta ruta recorre la Sierra de Albarracín, un territorio de gran belleza natural, con pinares, nacimientos de ríos como el Tajo, y pueblos de arquitectura medieval únicos. Albarracín, considerado uno de los pueblos más bonitos de España, es el punto de partida perfecto para descubrir pequeñas aldeas como Terriente, Calomarde o Bronchales.
Valor añadido: Además del valor paisajístico, esta zona ofrece experiencias como rutas interpretativas de paleontología (yacimientos de icnitas), iniciativas de turismo rural gestionadas por vecinos y una gastronomía basada en productos locales (setas, caza, embutidos). Pedalear aquí es también apoyar una de las zonas que más lucha contra la despoblación.
El cicloturismo ha demostrado ser una estrategia eficaz para combatir la despoblación y revitalizar pueblos olvidados en España. Al fomentar el turismo sostenible y promover la riqueza cultural y natural de estas regiones, se generan oportunidades económicas y se preserva el patrimonio local. Pedalear por la España vaciada no solo es una aventura para el viajero, donde el tiempo discurre a otro ritmo, sino también un impulso vital para las comunidades que esperan ser redescubiertas. En ese sentido, iniciativas como Pedal Spain han llegado para quedarse y seguir dándole vida a todos esos rincones a golpe de pedal. ¿Te sumas?

